martes, 3 de diciembre de 2013

La invasion francesa a España

Durante la revolución francesa, la alianza entre España y Francia era firme. Estos dos países tenían que defender sus respectivas colonias frente a la intromisión inglesa. Pero en 1793 el gobierno español se une a la coalición de países europeos que declararon la guerra a Francia. Esta guerra se resolvió en unos cuantos combates en la frontera de Cataluña y el País Vasco.
Dos años después, en 1795, España firma la paz con Francia, aliándose de nuevo a los planes de Napoleón. El entonces ministro de España, Manuel Godoy, acepta la participación de colaborar en el proyecto de Napoleón para invadir Inglaterra. La escuadra francoespañola fue acorralada por la flota británica junto al cabo Trafalgar.
A pesar de esta derrota, Godoy no rompe su alianza con Napoleón y a consecuencia de ello, permite una vía de acceso a las tropas francesas en el territorio español para atacar a Portugal, fiel aliada de Inglaterra.
La entrada de tropas francesas en España y sus extraños itinerarios crearon un ambiente de agitación en las cortes, donde nadie sabía cuales eran realmente las intenciones de Napoleón.
Así que en marzo de 1808 se produjo el motín de Aranjuez dirigido por el bando contrario a Godoy. Como consecuencia Godoy fue detenido y el rey Carlos IV tuvo que abdicar la corona en su hijo Fernando. 
Este suceso abrió un enfrentamiento entre Carlos IV y su hijo Fernando VII. Así que acudieron a una entrevista en Bayona (Francia) propuesta por Napoleón con la finalidad de resolver el conflicto. Esta entrevista se convirtió en una encerrona, y Napoleón consiguió que ambos renunciaran a la corono de España en favor del mismo, quién la entregó a su hermano José Bonaparte.
Cuando el nuevo rey entró en España se encontró un panorama desolador. Desde primeros de mayo una sublevación general originada en Madrid se extendía por todo el país.
Cuando decidió invadir España, Napoleón, se forjó una idea errónea al juzgar su capacidad de resistencia. La derrota en Bailén obligó al emperador de Francia a aumentar el nº de soldados e incluso a venir personalmente a dirigir la guerra, pero todo fue inútil. La guerra peninsular se prolongaría durante seis años y se convertiría en una larga y penosa retirada, entre otras circunstancias, gracias a la ayuda inglesa y de los países que Napoleón se había ganado como enemigos. 
España necesitaba un cambió y en ello estaba el país. Los revolucionarios creían que había pasado el tiempo de los monarcas absolutos y que debía modificarse el sistema político español. Desde el primer momento se comprobó que había dos grupos con diferentes ideas políticas.

Absolutistas. Pedían que se respetara la autoridad del monarca Fernando VII.(partidarios del Antiguo Régimen)

Liberales, deseaban limitar la autoridad del rey con una mayor participación del pueblo. 

Pendientes de tal situación, se aprueba en Cádiz la Constitución de 1812 , la primera constitución de la historia de España, donde se destacaba la introducción de la soberanía nacional y la división de poderes. 
A su regreso a España, Fernando VII decidió recuperar el carácter absoluto de su poder, rechazando la Constitución. De tal manera que su posterior reinado se convirtió en un enfrentamiento entre absolutistas y liberales.


Diana Islas Acosta 2 "A"                 Num. Lista #17

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